Innovar con Alja: ¿Cómo reducir la creciente desigualdad entre hombres y mujeres en el sector de las TIC?

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Las mujeres tardan más que los hombres en acceder al universo en línea, lo que acentúa la disparidad entre hombres y mujeres en materia de tecnología. Alja Isakovic nos cuenta su historia y cómo trata de reducir la desigualdad en ese ámbito.

Vivir hoy sin tecnología es casi impensable para muchos de nosotros. Recuerdo con emoción cuando pude conectarme a la World Wide Web con un módem lento y ruidoso en los años 90. De pronto, tenía acceso a más información de la que podría haber soñado. Podía charlar con personas del mundo entero y conocer culturas diferentes.

Muchos años después me di cuenta, no sin sorpresa, que todavía hoy es inhabitual que las mujeres trabajen en ese sector.

La tecnología es omnipresente en nuestra sociedad: más del 95 por ciento de los empleos tienen un componente digital. Aunque en la Declaración de Beijing de 1995 se hacía un llamamiento a “la participación plena y en pie de igualdad de mujeres y hombres”, la UIT estima que hay 200 millones menos de mujeres que hombres en línea. En 2013, Intel predijo que si no se tomaban medidas inmediatamente, podían llegar a ser 350 millones menos en 2018. [editado 17.04.2015] Sin una capacitación adecuada, las mujeres tendrán menos posibilidades de acceder a un empleo, lo que podría tener otras repercusiones con respecto a su integración social, económica y política.

En este universo conectado permanentemente no podemos permitirnos dejar de lado a 200 millones de mujeres. Tan importante es despertar el interés de las jóvenes en la tecnología a muy temprana edad como procurar un entorno que aliente a las mujeres sin competencias técnicas a progresar en su vida profesional o a iniciar una nueva carrera.

Sería fantástico que la próxima gran empresa del sector de las TIC fuera fundada por una ingeniera. Esto contribuiría sin duda a que muchas más jóvenes consideraran la posibilidad de seguir una carrera en ese sector. Para lograrlo, debemos procurar que las mujeres y las niñas reciban el apoyo que necesitan para triunfar en ese ámbito.

Aprender continuamente: posibilidades y logros

Tuve mi primer título en Comunicaciones y Medios otorgado por la Facultad de Ingeniería Eléctrica e Informática de la Universidad de Maribor, en Eslovenia. El plan de estudios reunía una combinación interesante de materias en esferas técnicas, sociales y de diseño, pero la programación ha sido siempre uno de mis pasatiempos. Me encanta probar equipos y programas informáticos, y explorar en mi tiempo libre las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.

Durante mis estudios, empecé a interesarme en el ciberaprendizaje y participé en la fundación de Artesia, una joven empresa que trataba de conectar comunidades en línea. Aunque no funcionó tan bien como esperaba, aprendí muchísimo. Conocí a numerosas personas que me abrieron nuevos horizontes. Una de las posibilidades más interesantes que tuve fue trabajar con un acelerador de empresas a nivel local. Pude así transmitir mi experiencia a una nueva generación de jóvenes empresarias a quienes ayudé a no cometer mis errores y comuniqué buenas prácticas. Gracias a esa experiencia, conseguí mi empleo actual como administradora de comunidades en línea en CubeSensors, una joven empresa de dispositivos que mide indicadores ambientales esenciales, como la calidad del aire, la temperatura, la humedad y el ruido para que los usuarios comprendan mejor cuáles son las consecuencias de su entorno familiar o laboral en su salud, su bienestar y su productividad.

También organicé talleres gratuitos de programación con Rail Girls y Django Girls e impartí capacitación en ellos. En Eslovenia, hemos recibido más de 1.500 solicitudes de participación en estos talleres, un número increíble dado que nuestro país tiene una población de ¡apenas 2 millones de habitantes! Hemos contado con un apoyo importante de programadores profesionales que dieron su tiempo para transmitirnos sus conocimientos, aunque muchos de ellos quedaron sorprendidos por el número de mujeres interesadas en mejorar sus aptitudes en materia de TIC.

Colaborar

En 2013, fui una de las fundadoras de CodeCatz, un grupo de codificación que se reúne los miércoles. Tratamos de hacer del aprendizaje de la codificación una actividad social que, a mi parecer, cumple un papel decisivo en la participación de las mujeres. Eliminamos el formato “aula” y creamos un ambiente cordial y agradable en el que aprendemos unos de otros y colaboramos en proyectos de fuente abierta interesantes. Tratamos además de ayudarnos mutuamente a encontrar nuevas oportunidades de empleo. El año pasado, organizamos talleres en Eslovenia, en los que desempeñamos la función de instructores, y tomamos la palabra en reuniones celebradas en el extranjero. Este año colaboramos en la organización de WebCamp Ljubljana, una conferencia para diseñadores web.

Una de las actividades del grupo de la que me siento más orgullosa ha sido la creación de la página web de eventos EU Code Week. Aprendí muchísimo en esa ocasión y resultó una experiencia muy interesante ver a personas de toda Europa presentar iniciativas sobre una página web que habíamos creado de cero. ¡Es verdaderamente conmovedor observar que los demás utilizan algo en lo que has trabajado por una buena causa!

Conectar comunidades en toda Europa

La codificación ayuda a las personas a resolver problemas. En mi opinión, es importante que las jóvenes tengan la experiencia de crear algo por sí mismas, no sólo jugar a juegos o con contenidos creados por otros. Si enseñamos a las jóvenes a codificar, les estamos dando los medios para resolver mejor los problemas y comprender mejor nuestro mundo digital.

Convencida de ello, me inscribí en el programa European Commission’s Young Advisor, creado por Neelie Kroes. Somos un grupo de jóvenes que contribuimos activamente a la creación de la sociedad digital. En las reuniones de Young Advisor, tuve conocimiento de numerosas iniciativas interesantes, como CoderDojo y Rail Girls, cuya finalidad es lograr una mayor participación de las mujeres y las niñas en el sector de las TIC. Lamentablemente, aunque esas iniciativas tienen una gran incidencia en las comunidades locales, los habitantes del resto de Europa no las conocen debido a los obstáculos lingüísticos y a la falta de entusiasmo de los medios de información. Pensamos que debíamos dar a conocer mejor esas iniciativas y alentar todo lo que se está haciendo en Europa para promover la codificación. Con esa intención hemos lanzado EU Code Week.

Esta iniciativa tiene por finalidad enseñar a niños y adultos a codificar y a comprender mejor la tecnología. Queremos promover una nueva forma de conocimientos elementales y de aptitudes que den vida a las ideas. Queremos mostrar que la codificación puede ser divertida y creativa, y que puede abrir horizontes profesionales interesantes, incluso para quienes no desean convertirse en programadores a tiempo completo.

La primera Code Week, en 2013, tuvo un carácter casi experimental. Tuvimos apenas un mes para dar a conocer la iniciativa y, sin embargo, logramos organizar unos 300 talleres en 26 países de Europa, una muestra de la enorme demanda de este tipo de encuentros. El año pasado, ampliamos nuestra iniciativa a 38 países europeos, con la ayuda de un centenar de fervientes colaboradores que cumplieron la función de embajadores nacionales, ¡y más de 3.000 eventos presentados en nuestra página web! Fue extraordinario ver a docentes y voluntarios a incitar con tanto entusiasmo a la gente a que aprendiera a codificar.

Esperamos que la EU Code Week sea una fuente de inspiración para la próxima generación de codificadores y contribuya a reforzar los conocimientos digitales en Europa. En poco tiempo, ¡cada semana del año ser una semana de codificación!

Hacer participar a los 200 millones de mujeres que no están aún en línea

Con el fin de despertar el interés de un número mayor de mujeres y niñas en la tecnología, ya sea para aprender a codificar, para innovar con las TIC o simplemente para utilizarla en la vida cotidiana, hay que facilitar en primer lugar la integración en este ámbito. No se logrará de la noche a la mañana, y todos debemos contribuir a conseguirlo. Tendremos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que este sector resulte más interesante para las jóvenes y procurar que sea más acogedor para las mujeres que deciden seguir una carrera en él.